lunes, 17 de octubre de 2016

Historia de la pintura.


   Historia del arte.

    Prehistoria:

               Paleolítico - Neolítico



            Edad Antigua

           Egipto

         Grecia

                                       

         Roma



            Arte Medieval

        Paleocristiano - Prerrománico - Bizantino - Románico - Gótico

 

 

             Arte de la Edad Moderna

         Renacimiento



         Manierismo

 

        Barroco      

      Rococó

      Neoclasicismo

            Arte contemporáneo

      S. XIX

      Romanticismo

 

      Realismo

 

      Impresionismo

      Simbolismo



      Modernismo


      S. XX

      Surealismo

 

      

      Al principio las pinturas eran hechas en las cuevas, utilizando los relieves de las paredes para mayor realismo. Se cree que pintaban como ritual mágico y propiciar la caza, de ahí que las pinturas fueran animales o personas cazando.

     La imagen seguía describiendo la realidad varios siglos después, a la que se le añadió la figura del ser humano más detallado, el cual era representado sin ningún tipo de volumen, a través de una anatomía muy simple. La técnica mejoró progresivamente hasta, además de representar a mujeres y hombres realizando acciones cotidianas, intentar añadir una vaga profundidad sin mucho éxito.

      No fue hasta la Edad Media cuando las técnicas mejoraron notablemente y las obras adquirieron un gran peso religioso, y en el Renacimiento se comenzó a representar al hombre fornido como ideal de belleza e interactuando mayoritariamente con Dios, pero las pinturas carecían de fondo. Con todo, cuando lo adquirieron, los pintores comenzaron a usar un punto de fuga al que convergían todas las líneas, creando así una panorámica que se asemejaba lo máximo posible a la vista humana (perspectiva cónica).

      En el Renacimiento y dentro del barroco, surgió el dramatismo barroco, que dominaban tanto la anatomía como la perspectiva, el difuminado y las composiciones de claroscuro. Las obras de este movimiento poseían fondos muy oscuros y personajes que parecían irradiar luz propia.

      Apareció la fotografía, y la pintura se convirtió en un añadido a la “representación de la realidad”. Los pintores la utilizaban como una herramienta para mezclar el mundo real con el onírico o representar solo este último. Por eso, Picasso utilizaba el cubismo para representar estados de ánimo y realidades sociales en vez de acciones cotidianas.

 

      

      

 

 

                    

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